¿El puerro se puede congelar o pierde sus propiedades?

Fecha: junio 7, 2020

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Gracias a su combinación única de flavonoides y nutrientes, los puerros son una de esas verduras que deben coger peso en tu dieta. Como suelen comprarse en manojos grandes, hay personas que dudan sobre si se pueden congelar los puerros o si pierden propiedades.

Pues la respuesta es que sí se pueden congelar, incluso directamente como los compras en tu supermercado Gadis de referencia. Aunque lo mejor para hacerlo es seguir algunos consejos que te vamos a contar hoy. Así evitarás que pierdan sus cualidades de sabor y textura.

En cuanto a sus propiedades, se mantienen por completo o en gran medida tras congelarse, aunque, para asegurarte, se recomienda no mantenerlos en el congelador durante más de tres meses.

¿Se pueden congelar los puerros enteros?

Sí, puedes congelar los puerros enteros sin ningún problema. Es una opción muy cómoda y no supone mayor inconveniente. Sin embargo, hay trucos que te vamos a contar a continuación que te ofrecerán un mejor resultado en la calidad de los puerros una vez los descongeles.

Consejos para congelar puerros

Si tienes muchos puerros que no puedes almacenar en la nevera, como ya hemos visto, puedes congelarlos. Para ello, primero debes cortar las hojas de color verde oscuro y la raíz. También puedes cortar el tallo del puerro por la mitad, si lo prefieres. A continuación, lávalos y córtalos en rodajas, en forma de media luna.

Mucha gente coloca las rodajas en bolsas con cierre hermético y deja que las verduras se congelen. Sin embargo, la mejor manera es hervir primero un poco de agua, poner una pizca de sal y blanquear los puerros durante entre 30 y 60 segundos. Esto garantiza que los puerros no pierdan su color verde al congelarse.

Una vez hecho este proceso, el método más fácil consiste en colocar los puerros blanqueados en una bolsa con cierre hermético y congelarlos. Otra opción, que requiere más trabajo, es colocar las rodajas en una bandeja para hornear forrada con papel en una sola capa, sin que se toquen. Luego, colócalos en el congelador y, cuando estén congelados, retira la bandeja y guarda nuevamente los puerros en una bolsa. Así evitarás que se agrupen y no tendrás que descongelarlos todos de golpe.