Propiedades del eneldo seco, beneficios y contraindicaciones
Muchos de nosotros usamos a menudo condimentos aromáticos sin saber exactamente cómo afectan a nuestro organismo. Algo que ocurre también con el eneldo seco, cuyas propiedades beneficiosas y contraindicaciones son bien conocidas por los seguidores de la medicina tradicional.
Esta planta verde se ha utilizado durante mucho tiempo en la cocina, dando a los platos un peculiar aroma y sabor de verano. Diversas ensaladas, encurtidos, salsas, adobos y guarniciones rara vez prescinden de la adición de hierbas aromáticas como el eneldo seco. Pero más allá de alabar su sabor, hoy nos centraremos en las características beneficiosas de esta planta.
Beneficios y propiedades del eneldo seco
Uno de los primeros beneficios asociados al consumo de eneldo seco es que normaliza el sistema circulatorio, gracias a su contenido en ácido fólico. Este favorece la producción de eritrocitos y genera hemoglobina y hierro. La hemoglobina y los glóbulos rojos saturan la sangre con oxígeno, enriqueciendo todo nuestro cuerpo.
Esta especia tiene un efecto diurético y ayuda a la desinfección del sistema digestivo y urogenital. De hecho, muchos jarabes de niños lo contienen, ya que ayuda a calmar el estómago, a eliminar los cólicos y a organizar el trabajo del sistema digestivo.
El eneldo es un carminativo, que son sustancias que inhiben la formación de gas en el tracto gastrointestinal y promueven su expulsión, previniendo la flatulencia. También fortalece
el sistema inmunológico, esencial para combatir infecciones.
Comer alimentos cocidos con eneldo puede prevenir el estreñimiento. En consonancia, contribuye a aliviar y prevenir enfermedades proinflamatorias del colon e intestinos, como el síndrome del intestino irritable.
¿Tiene contraindicaciones comer eneldo seco?
El eneldo seco es una especie saludable que apenas tiene contraindicaciones. Si bien es cierto que hay personas intolerantes, las demás pueden consumirlo con normalidad. Solo deben controlar un posible exceso de consumo aquellas con presión arterial muy baja, las que tienen cálculos en el conducto biliar o las mujeres embarazadas, ya que aumenta el flujo sanguíneo.
